domingo, 30 de octubre de 2011
LA INDIGNACIÓN DEL 15-O
Parto este escrito, con la severa y feaciente obligación que marca la filosofía del presente blog. EXO-DIARIO. O sea, una visión exotérica de la noticia diaria. Y digo bien, exo-térica, no esotérica, pues la causa común de estos artículos es la introspección de las esencias más naturales e intrínsicas de la realidad. Pero no puedo obviar tampoco las claras advertencias humanas del presente.
Hablar hoy del movimiento de los "Indignados", es un fotograma ejemplar de la realidad mundial. Es un reflejo de la situación del hombre y el mundo. Pues a veces, y no se sabe porqué causa, miles de hechos independientes y trascendentales se suceden, para finalmente terminar en un punto en común, que los aglutina y los representa. Como si se tratase de la cabeza de un gran dragón, como diría Hobbes.
Y es esta fecha, la del 15-O, y no la del 15-M, que fue su primer nacimiento nacional español, la que identifica a la gran criatura, ya que fue la representación de estos ideales, no en su forma autónoma e individual, en España, o en ciertas ciudades de España, si no en el mundo entero. Esta correlación de acontecimientos que finalizan en un único punto, que unifica a todos los restantes, solamente acontece en la historia del hombre muy de vez en cuando. Y aunque sea siempre un misterio, en este caso el misterio queda rasgado y olvidado por la pura realidad. El mundo entero sufre el mismo daño, el mismo mal. Por cuanto la queja del individuo se alza como alarido del mundo, del hombre.
Mas pensar que es algo nuevo, que el 15-M es un movimiento "guay" o "que cae bien", o sea, un hecho bautizado por expresiones modernas que crean una base de ideal tal, que otorga un fruto de novedad. Pues bien, es falso. No es una novedad, ni el movimiento, ni las causas del mismo. Es más bien, una prolongación de la existencia más elemental del ser humano.
La Revolución Francesa, la Segunda Guerra mundial, la revolución republicana de Cronwell, Napoleón, la independencia de Norte-américa con su carta de libertades, o el propio alzamiento de Anibal el cartaginés contra Roma, o la propia república romana, son ejemplos claros del fruto final de este 15-M.
Y aunque la historia antigua halla siempre terminado en guerras, nunca la guerra, que para nuestra desgracia, es lo narrado por la historia, fue ni la causa ni el final de la verdadera realidad existente. Más bien lo contrario, lo que todo el mundo quiso evitar.
Pues la realidad de todas estas circunstancias fue siempre la misma, El reparto de riquezas. El mundo da más riquezas, y siempre las ha dado, de lo que el hombre halla sido capaz de conocer. Y voy más lejos, el trabajo individual del hombre da una riqueza para el mundo tan incalculable como granos de arena pueda ver en todo el planeta.
La mentira, la esclavitud, la indiferencia, el comportamiento obtuso y la ignorancia, son las armas de aquellos que han gobernado al hombre, apropiándose de las grandes riquezas de la vida, mientras que al mundo sólo recibía unas migajas del Todo. Y digo bien, del Todo, pues la vida no es solo el alimento, el pan, el dinero. También está como un hombre descalzo dijo, el alimento del alma. Y este al hombre nunca se le entregó. Y cuando de este alimento se quejó, se le otorgó el sabor de la envidia y el de la ostentación de la avaricia. La ambición.
Dirá el lector cuál es la causa que une nuestros días actuales, el movimiento 15-M y el 15-O con los tiempos pasados señalados. Pues bien, es facil. El dominio de la entidad llamada "Comercio". Como antes se indicó, el dominio de las riquezas del mundo. No podemos seguir digiriendo, aunque no pensando, pues ya por desgracia no pensamos, que el comercio es algo moderno. Algo que como mucho, puede venir de los tiempos colombinos. Es un error. Es prehistórico. Más bien, de los tiempos fenicios, y es también una temeridad tal afirmación, pues nunca los fenicios inventaron nada.
Un ejemplo de lo que estoy hablando. El kilo de azúcar, un alimento esencial para la subsistencia del hombre, cifrado por las leyes como alimento de primera necesidad, al igual que los productos lácteos, por lo que es cifrado al 4% de IVA, es buena fotografía de la realidad de este mundo. ¿Por qué?. Los números hablan solos.
Cualquiera de nosotros puede comprar azúcar en un supermercado o centro comercial, en una tienda, es fácil de adquirir. Y siempre está con un precio muy equilibrado entre las competencias. Entre 0.90 y un 1€ el kilo.
De esta cantidad, el estado toma cuatro céntimos de euro, por cada kilo, el 4%, que es de donde salen los servicios públicos y la gestión del país. Si el producto fuera agrabado por un 8%, que es el IVA siguiente, estaría recibiéndose el doble de riqueza para el Estado, y su precio cambiaría de entre 0.94 y 1.04. Un 4% más, que debido a la riqueza global, la cuál está en negativo según su crecimiento anual, sería una gran pérdida.
Esto es lo que las noticias nos informan. Esta es la parte de la verdad que conocemos. Y como se puede ver, es una migaja. ¿La verdad tiene un valor de 4%?; ¿De verdad tenemos que creernos que la crisis y el mal del mundo se arregla con estas economías?. Falacia.
LA OTRA VERDAD:
El kilo de azúcar en el mercado de importación, se halla a 0.338 euros/kg. Cantidad mínima a comprar, 12.500 toneladas de kilos. O sea, doce millones quinientos mil kilos. ¿Hay alguien capaz de comprar esta magna cantidad?. Aseguro que el supermercado de la esquina, la tienda del barrio, o la cooperativa de consumo no puede. Es más, tal obligación mínima de compra, es mensual, en contrato de un año, o sea, multiplica esta cantidad por doce veces más, y avalada por un banco. Impensable.
Y es aquí donde entran los bancos con los llamados "Commodoty", o sea, una inversión en compra de materia prima. Como es obvio, tal compra se realiza con fondos de inversión de inversores. Y estos inversores son: A- Grandes empresas distribuidoras; B- Bancos con plazos fijos del 3%-año, o con los dineros de nuestras cuentas corrientes. Es aquí donde está la gran riqueza del mundo, la cuál está distribuida y repartida por el que reparte. Por los inversores, que son los dueños de la banca, de las multinacionales... No de los bancos solo.
Este producto señalado, no tiene manipulación ni fabricación. El azúcar, como todo el mundo sabe, es natural. Su coste es la suma de la inversión en el suelo de la plantación, las horas de trabajo realizadas hasta su cosecha, y los costes químicos necesarios para su buen crecimiento. En otras palabras, costes agrarios. Y la suma con beneficios es 0.338 kg.
Imaginad cuál es la realidad de los productos manufacturados, los cuáles no otorgan esta claridad de costes en el mercado, pues es un producto terminado que nada tiene que ver con los productos naturales o con los iniciados. Por ejemplo, un refresco, un mueble, una amburguesa, una salsa, una construcción... Aquí los costes al no hallarse tan claros, es donde más obtención de beneficios existe. El precio de la Coca-Cola de 2ltrs, puede estar en 1.29 o 1.35€/botella. El coste puede ser menos de un céntimo. El minuto de llamada de móvil, cobrado a 0.15cts por media, es menos de medio céntimo, y el coste del dueño del satélite que permite recibir y emitir la llamada, es 0.
Así podríamos llegar hasta el final de una larga lista que repasara todos los productos básicos que el hombre actual utiliza. Pero el más cruel es el precio de la vivienda. Y este precio existe por una causa. El mercado, que es cierta, y por otra más importante, que anula al mercado. La pasividad del hombre.
No se puede pagar el precio de 40 años de trabajo, por algo que ha costado 1 año de trabajo, como máximo. (Una construcción se puede hacer en un mes de obra, pensad que en un año o dos, edifican un bloque entero, donde hay más de 30 pisos. Sale a una media de un mes de trabajo por piso).
Y culpo al individuo por no ser capaz de buscar una salida real y veraz al problema que subyuga. "Si no puedo pagar el precio que me piden, la edifico yo". Debe el hombre volver al ideal natural, al ideal del ser. De autoabastecerse a él mismo, y olvidar esta vida de rebaño, donde siempre se pide al pastor lo necesario, incluso la propia protección del lobo. ¿Cuándo el hombre se convirtió en cordero, y dejó de ser hombre?.
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