domingo, 27 de marzo de 2011

LA PASIÓN DE JESÚS

               UNA VISIÓN ANTROPOLÓGICA DE LOS HECHOS

    
Mucho se ha hablado en los últimos años, sobre el hecho de la muerte o no de Jesús en la cruz, derrramando tantas rías de letra, como gotas de sangre en su pasión. Pero poco, muy poco de sus causas.
Es de mencionar, que la causa por la que los análisis médicos sobre la muerte en la cruz, se realizan una y otra vez, no tienen una base casual, ni médica. A ningún médico le interesa cómo murió en la cruz. Le interesa al cristiano. A este parecer, hay que preguntarse ¿por qué al cristiano le interesa que Jesús murió en la cruz, y necesita un análisis médico para que de testimonio científico de su muerte?. La respuesta es el Corán. En él está escrito que Jesús no murió en la cruz. Tal vez sea esta contradicción teológica, la que causa tal aferramiento en la visión médica de la muerte en la cruz. Pero..., ¿una muerte en ocho horas, cuando los reos tardaban en fallecer casi dos e incluso cuatro días?.
Pero, no me centro ahora en tal asunto, sino en el Porqué llegó Jesús a ser crucificado.
La tridición nos trae la traición de Judas, como causante único de su crucifixión. Y con esto, la cristiandad durante dos milenios, ha quedado satisfecha, muy a pesar de las contradicciónes claras y escuetas que aparecen en los textos canónicos, sobre la planificación de la crucifixión, por parte de Jesús, y la poca actuación de Judas.
A este respecto hay que nombrar frases reiteradas por Jesús una y otra vez, sobre su muerte y padecimiento, al llegar a Jerusalén, una de ellas al propio Pedro. Mas es en el evangelio de san Juan, cuando se narra la conversación de Jesús con Nicodemo, donde más claramente se advierte que Jesús conocía a la perfección lo que iba a acontecer. "Es necesario que sea alzado, como la serpiente de Moisés fue alzada en el desierto". A recordar, la serpiente de Moisés, fue una construcción de bronce que éste hizo, alzada en un mástil en el desierto, para que sanaran aquellos israelitas que habían sido mordidos por serpientes del desierto.
Mas, también en la última cena Jesús recoge este mismo hecho, "mi cuerpo, que será entregado por vosotros...", o "quien tome este pan, levantará contra mí su carcañal...". Pero mi preferida, en esta visión casi auto-eutanasia, es la frase que Jesús le guarda a Judas. "Lo que has de hacer, hazlo pronto". Casi una orden.
Hay que partir de la base, que una traición se ejecuta en silencio, con el completo desconocimiento del traicionado. Y en ningún momento Jesús era un desconocedor de los hechos que sobre él recaerían, al entrar en Jerusalén. "Yo me iré un rato, para que el espíritu consolador venga". Es otra de las frases de la última cena, que Jesús una y otra vez iba comentándole a los apóstoles, para prepararles sobre los acontecimientos que iban a ocurrir.
Mas, tal vez, esta planificación, no fue solamente un hecho que acogía el interés de Jesús, y la acción de Judas. Sino que fue necesaria la intervención de muchas otras partes que actuaron en la pasión, partes de la alta sociedad política y religiosa del pueblo, tanto por los miembros del sanedrín, el propio rey Herodes, como el romano Poncio Pilatos. Todos ellos jugaron a un papel iniciático y ritualista. Todos desarrollaron unas acciones que en conjunto, creaban un cuerpo teológico, cargado de significado para el pueblo hebreo, al recoger las esencias mismas de lo que ahora se llama Antiguo Testamento. Hablo del "día de la expaición". Así llamado por los judíos el día de la pascua hebrea, donde se sacrifica al cordero. Antes de dicho sacrificio, según las ordenanzas del propio Moisés a su hermano Aarón, el primer sumo sacerdote hebreo, y el primero que realizó el sacrificio del cordero pascual, era necesario labarse las manos, antes de entrar en el tabernáculo, donde se degollaría al cordero, derramando su sangre sobre el arca de la alianza, en honor a Yahvé. Pilatos, antes de entregar a Jesús, para su crucifixión, una vez realizado el afamado juicio, se lavó las manos. No por la culpabilidad de mandar a crucificar a un reo. Pues lo hacía diariamente, a centenares, con cargos mucho menos graves que los presentados por Jesús, como proclamado "Rey de los Judíos". Si no tal vez, para hacer su papel de sumo sacerdote, hecho que no gustaría mucho a los judíos, que un romano tomara el cargo del sumo sacerdote del Templo.
Si Jesús no fue traicionado por Judas, como también defiende el texto hallado, al que se le da el nombre de Evangelio de Judas, no solo habría que eliminar esta memoria histórica de traidor, a Judas, si no el sello que al pueblo hebreo se le ha otorgado en los últimos dos milenios, como culpable del asesinato del "Hijo de Dios". (Judas-judios). Mas, también abre una puerta esta nueva visión histórica, de los hechos cristianos, a la idea de la Eutanasia. A la idea de tomar la vida de uno mismo en sacrificio. Desde los confines del tiempo de la humanidad, sacrificar la vida de uno mismo, ha sido un hecho heroico, que ha dado a luz a centenares de mitos como los héroes troyanos, o el propio Hércules.
Si entregar la vida por una bandera, por una nación, por un rey, una religión o ideal, es un hecho noble, para la visión gubernamental, sea político o religioso ese gobierno, o monárquico, no sería más justo que entregar la vida del individuo, por su propia vida. O sea, No es más justo morir en batalla, por el zar de Rusia, o por Napoleón, que morir para eludir el dolor que quiebra mi capacidad de vida.
A este aspecto habría que recoger las esencias de la enseñanza de Jesús, apodado entre los que lo conocieron en vida, "el maestro", rabuní. "No solo de pan vive el hombre". Entiendo que la vida ha de ser la capacidad humana de la ingesta del Todo. No de lo mínimo que el cuerpo necesita para seguir subvistiendo. Esto es lo que la propia palabra indica, subsistencia, no vida.

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