El mito de Edén, de Adán y Eva, ha pasado extrañamente, de dogma teológico, a mito cristiano, para la religión cristiana y su cúpula episcopal. Pero el hombre, como causante de una naturaleza noble, no ha de esgrimir sus puntos de vista, que son causantes de las circunstancias que les rodea, y éstas a su vez, de su propia vida. No debe de permitir que la aseveración de la fe ciega, del rebaño, mantenga un status de importancia, de supremacía, por encima de la lógica, el entendimiento, el raciocinio, y la amplitud de la perfección del Todo. Pues aquí radica la esencia del verdadero seguidor de Jesús, no me atrevo ahora de afirmar que es del cristiano. Está mal usada esta última palabra,y puede desvirtuar el verdadero significado de mi causa en este escrito.
La obra intenta demostrar, a través de las culturas históricas, de los razonamientos lógicos, de los restos arqueológicos, testimoniales e históricos, la existencia de Adán y Eva, y que no fueron los primeros pobladores de la tierra. Sino más bien, unos descendientes lejanos, del primer gran imperio. La ATLÁNTIda pre-edémica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario