sábado, 21 de mayo de 2011

CONTRATO SOCIAL PARTIDO



La historia de la humanidad, siempre ha sido analizada en pos a un prisma primordial. ¿Cuál es la causa por la que esta raza de animales, hijos de la madre tierra, se alza en señorío por encima de las restantes estirpes naturales?. La inteligencia, la comunicación, el desarrollo craneal, la capacidad de hablar... la lista puede ser larga. Pero son causas holísticas de la naturaleza del hombre. No de la humana, que es un adjetivo cualitativo más social, etérico y esencial, que el anterior. Hombre-Hommo. En otras palabras, ¿mono?. Ya nos debemos de negar a tal característica animaloide. Somos humanos.
La respuesta a tal cuestión, como causa del desarrollo social y tecnológico del humano, radica en un solo hecho, nunca antes advertido, pero siempre presente. El llamado por Rousseau, "El contrato social". El acuerdo inherente a la característica social humana, que recoge la vinculación de los seres humanos, como una única entidad organizativa. Unos cuantos, reciben unas porciones de ventajas, en pos de haber sido entregadas por unos muchos, en pos al servicio de la comunidad. Tal cuestión es la esencia del Contrato Social.
Por ejemplo: La sociedad entrega sus armas de defensa, (también usadas para el ataque), en pos a una defensa dirigida por otros.
Con el tiempo, los primeros que entregaban sus armas, para recibir defensa, fueron considerados los plebeyos, el pueblo. O sea, los muchos. Los pocos, estos que recibían todas las armas, y existían para la defensa de los muchos, fueron los gobernantes. Antes Reyes, pues hablo de tiempos lejanos, después gobernadores, condes, o políticos. Son diferentes nombres para una misma clase. La del poder. Pero, muy a pesar de la actual mejora, en comparación a la edad media, en lo que respecta al modo de vida del pueblo, de los muchos. Hay que señalar un detalle.
Antes se tenía presente el contrato social, y se exigía su cumplimiento. Si un pueblo venía a invadir éste, el rey defendía su muralla, y a todos los que en ella vivían.
Ahora, este contrato social, olvidado en la ya lejana República Francesa, y retomado por ésta, nuevamente se ha olvidado. Se ha olvidado por segunda vez. Y uno se pregunta, ¿cómo un acuerdo entre iguales, se olvida?. La respuesta es sangrienta. Porque los pocos, creyeron y creen, ser distintos, superiores, mejores, que los muchos. ¿De otra clase?.
Tal cuestión da pavor presentarla, pues quiebra la más esencial de las pautas de todo contrato social que se precie en una democracia del siglo XXI, la igualdad entre todos. Aunque esta igualdad, parece ser reseñada solo para los del pueblo, y entre ellos mismos. Y para los gobernantes, y entre ellos mismos. Y es aquí donde nuevamente fracasa el Contrato Social. En la relación, tanto exterior como íntima, de las dos partes de la sociedad. La de los pocos,y la de los muchos.
Unos cuantos, gobiernan, dominan, y hacen y deshacen a su antojo, el presente y futuro de muchos.
Se habla de utopía, se tacha con el mismo adjetivo, la manifestación proclamada el 15-5-2011, mas ¿no es utopía que unos pocos, nacidos de sus padres y madres, carnales, (no hay de entre ellos, un nacido de vientre virgen, o un no corpóreo, que sepamos), o sea, por persé son iguales en naturaleza y esencia, gobiernen, y por las buenas, reciban el poder de ejecutar el gobierno, por muchos?.
También podrían en la Edad media, pensar que era Utopía, que un gobernante tuviese poder de gobernar, por la elección mayoritaria de muchos, y no por la orden divina, o la descendencia de una sangre azul. O de forma más fácil, porque ganó una batalla.
Llegado a tal punto, en este pequeño análisis, de nuestro presente y pasado, hay que preguntarse, ¿cuál es el verdadero cáncer, de esta ruptura del contrato social?.
En la República Francesa, fue la diferencia de clase entre la nobleza y el pueblo.  Hoy es más de lo mismo. La clase política a suplantado a la clase noble. Y el pueblo pide hogar y comida. ¿Se repite la historia?.
La respuesta es no.
Pero sí el resultado.
La diferencia radica en lo acontecido en el siglo XVII y XVIII. La creación de las empresas y compañías de las Indias. Allí, la acción del gobernante fue tomada por la presencia de empresas. Y la acción de la responsabilidad del contrato social, fue truncada, vendida, subastada, a la acción del beneficio. Del mercantilismo.
Hoy, en pos a esta proyección de la historia, donde el gobierno realizó un segundo contrato social con las compañías, ésta tomó el gobierno. Y los gobernantes se proclaman gestores y comerciantes, de una empresa llamada país, ante una gran multinacional, llamada Globalización.
Es más importante el beneficio y la salvaguarda, de las entidades, las cuáles no existen, son utópicas creaciones institucionales, que no tienen personalidad, a las que se le otorga el título de "personalidad jurídica", donde radica su poder. Y este poder hace que sea, repito, más importante el beneficio de éstas personas no existentes, las jurídicas, que las existentes, las físicas. Los muchos. El Estado.
Por cuanto, antes el contrato Social se rompió, pues la nobleza no miró su responsabilidad con el pueblo, que era a la postre, quien lo había puesto allí, con tributos y entrega de armas.
Ahora, el Contrato Social nuevamente se parte. Se quiebra por mendicidad.
Pero este artículo lo inicie con la diferencia entre hommo y Humano.
Ahora, que somos humanos, y no hombres. Seres y no animales. Inmateriales, sutiles, y no ilimitados. Exigimos una seguridad, que va más allá de la física. Que era la inicial de este contrato social.
Una seguridad para nuestra Vida. No para nuestra supervivencia. Pues aquí radica la esencia más profunda entre el ser humano, y los animales. Unos sobreviven, y otros Viven. Pues..., "No solo de pan vive el hombre". Y esto mismo le indicaría yo, a más de un amigo de los pocos.
El engaño cegó al mundo, y en su ceguera, no reproyó ni advirtió que el gobernante no ejercía su responsabilidad, su parte del contrato, pero sí los muchos.

TAL ES LA CAUSA DEL 15 DE MAYO, RESTAURAR EL CONTRATO SOCIAL. Si me multan, puedo yo multar, Si me exigen mi parte, puedo yo exigir su parte de cumplimiento. Esta es la esencia. Pues muchos amigos de los pocos, se afanan en criticar la exhalación de los muchos, bajo este prisma, ¡definir cuál es la crítica!. O son ciegos, o lo aparentan, para hacernos más ciegos. No es algo puntual, un paro, un embargo, una guerra... Es la causa de toda sociedad.  El Contrato Social.

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